Si se trata de la luz y de los huecos Sr. Presidente

En días pasados en un acto de campaña escuchamos todos los venezolanos cómo el presidente se dirigia a la concentración que le apoyaba y le decía sin mayor desparpajo decirle a sus seguidores, que que en las elecciones del próximo 7 de Octubre no se trataba de si tenían luz o no tenían luz, de si había huecos en las calles o si habían escuelas cerradas sino que se trataba de la patria. ¿La patria? ¿Cuál patria Sr. Presidente? ¿Esa que usted ha privado de más de 80 mil millones de dólares para regalarlo en el extranjero? ¿Esa que usted compromete cada día a manos llenas frente a China, Cuba, Rusia, etc.?

El discurso de la patria no es nuevo. Creo que en el caso de Chávez evoca a la patria para sentirse un poco como Simón Bolívar, y eso lo comprueba cuando afirma que si pierde las elecciones habrá una ´guerra civil´ en Venezuela. ¿Será que también desea liderar una guerra para sentirse más como Bolívar?

En definitiva los venezolanos lo único que queremos es un mejor país, una mayor calidad de vida, vivir tranquilos. Eso no se se logra de la noche a la mañana. Requiere del trabajo conjunto de todos los venezolanos, pero por encima de ello requiere de un gobierno que logre realizar una gestión eficiente, que maneje los ingresos petroleros de una forma planificada, que permita el crecimiento económico y social sobre bases sólidas, no sobre burbujas de jabón de efervescencias petroleras. ¿Se logra esto con la patria? ¿Qué tiene que ver la patria con los huecos de la calle o con la falta de luz?

Pues sí, Sr. presidente, se trata de los huecos de la calle, de la falta de luz, de la gente que se muere en los hospitales por falta de insumos, se trata de todo eso que afecta a la gente día a día Sr. presidente. Evidentemente usted ni su grupo de personas cercanas padecen las tragedias diarias de los héroes venezolanos, sí, héroes, porque  cada uno de los que se para temprano para trabajar, para darle de comer a sus hijos, llevarlos a la escuela y volver a casa sin sano y salvo, estirando el sueldo, es un héroe. Hay que ponerse en los pantalones de una madre soltera, con un sueldo mínimo, que lucha para sacar adelante a sus hijos, al final del día pregúntele a esa madre y a si mismo si le importa la patria.